En otra entrada explicamos en qué consistía el síndrome de alienación parental o mediatización de menores. En esta entrada te acerco las 8 características del síndrome de alienación parental o SAP. ¿Estás preparado? ¡Sígueme!
¿Qué te explicamos en este artículo?
El concepto del síndrome de alienación parental o SAP. Origen
Fue Richard Gardner quien el 1985, después de descubrió lo siguiente. En determinadas relaciones entre progenitores, al producirse la ruptura del matrimonio, uno de los dos utilizaba al hij@ común. Y lo hacia con la intención de cortocircuitar la relación del hijo con el otro progenitor. A su vez, Richard estudió los efectos de tan nefasto proceder en los hijos. De ahí surgió el concepto clínico de «síndrome de alienación parental«.
Cabe decir que no fue el primer investigador en hablar de este síndrome. Ya en el año 1949, el psicoanalista Wilhem Reich ya habló del sentimiento de revancha y disputa entre progenitores y la manipulación del hij@ común para conseguir unos intereses concretos y partidistas.
En el decurso de su estudio, ampliamente aceptado en Estados Unidos como una herramiento clave en el descubrimiento y descripción de este síndrome, Gardner observó ocho caracterísitcas típicas del síndrome. Esto es muy interesante. Partiendo de la base de 8 características o parámetros, siempre resulta más fácil identificar un caso de alienación parental. Vamos a ver cuales són.
Las 8 características del síndrome de alienación parental o SAP
1.- Manifestación de declaraciones negativas con respecto al otro progenitor delante del hij@
Este es una de las características más habituales del síndrome de la alienación parental. Por sí sólo no denota nada, pero aún así hemos de afirmar que no está bien. Inocular en la mente de nuestro hijo una determinada concepción del otro progenitor sólo redunda en un claro perjuicio respecto del menor. Nuestros hijos constantemente evalúan a sus padres. Consigo mismos y respecto a los padres de los amigos. La idea o concepción de que el padre o la madre no es una persona decente o respetable no hace más que tambalear las bases sobre las que se cimenta el futuro desarrollo del niñ@.
2.- La falta de justicación del ataque al otro progenitor
En la mayoría de ocasiones, Gardner detectó que los ataques al otro progenitor se basan en ataques sin fundamento o con un cuestionamiento dudoso. Es decir, en muchas ocasiones, las razones que se le manifestaban a los hijos para alejarlos del otro progenitor eran falsas. En otras ocasiones derivaban de percepciones distorsionadas de la realidad.
3.- Incapacidad en el hijo para identificar una caracerística positiva del progenitor denigrado
De lo anterior no es extraño que el hij@ llegue a no poder identificar un rasgo positivo del progenitor denigrado. Esta característica de la alienación parental es importante. No es normal que de forma natural, un hij@ no pueda o sepa destacar ni un sólo rasgo positivo de cada uno de sus progenitores.
4.- Justificar la falta de voluntad del hij@ de querer ver al otro progenitor, cualquiera que sea la edad del menor
Otra característica a resaltar en la detección del síndrome de alienación parental es esta. Cuando un progenitor justifica que el hijo de 3 años no quiere ver a su padre, como regla general alguna cosa no se está haciendo bien. Obviando contadas excepciones, lo normal es que el niñ@ quiera ver y pasar todo el tiempo posible con ambos progenitores. Además, la presencia de ambos en su vida es bueno para los menores.
En ese contexto, fomentar y justificar el desprecio del menor hacia uno de los progenitores no sólo perjudica al otro progenitor. Lo hace, y con mayor medida, en el hij@ y en su futuro desarrollo intelectivo y volitivo.
5.- Soporte o vínculo afectivo con el progenitor «querido»
Otra característica a tener en cuenta es la excesiva manifestación de amor que muestra el hijo sólo hacia un progenitor. Todavía retumba en mi mente las palabras de un progenitor que me contaba lo siguiente. Cuando tenía a su hija consigo dentro del régimen de visitas, este progenitor no podía ni pronunciar el nombre del otro progenitor. La hija, de escasos 5 años, le decía al otro progenitor que lo tenía prohibido.
La otra cara de la moneda es la excesiva protección que ejerce el progenitor que fomenta el síndrome de alienación parental. Para este progenitor, el hij@ es perfecto siempre y todo lo hace bien. Procura establecer una relación con el hij@ tan estrecha y dependiente que llegar a ser tóxica, limitante para el menor que la sufre e infantilizante.
6.- Refuerzo del rechazo al otro progenitor por parte del hij@
En su definición original, Gardner habla de «absence of guilty regarding the denigrates parent«. El hij@ es capaz de denigrar a uno de sus progenitores sin sentir ningún tipo de culpa por ello. Esta es otra caracterísitca más del síndrome de alienación.
Como en los anteriores casos, un comportamiento concreto en el tiempo y aislado no ha de encender en nosotros la alarma de la inquietud y la indagación. Ahora bien, cuando se conjugan diferentes características, en ese caso sí hemos de estar alerta.
7.- La imitación del progenitor «querido»
Esta es otra de aquellas características estrella en el síndrome de alienación parental. El hij@ adopta el mismo comportamiento que el progenitor que somete al men@r al síndrome de alienación parental. En ocasiones, el hij@ llega a utilizar una terminología impropia de su edad.
Puede mostrar una fingida madurez con el progenitor denigrado. Frases como «tú siempre has sido un mal padre» en un niñ@ de 4 años o frases como «eres un perdedor» o «no eres buen padre porque no pagas mi pensión de alimentos» son claros signos del SAP.
Cuando el hij@ habla de manera impropia para una persona de su edad o parece comportarse con el progenitor débil de forma fingidamente madura, hemos de estar alerta. Cuando el hij@ pretende posicionarse respecto del progenitor denigrado desde un plano de superior para reprocharle su validez como madre o padre, nuevamente vislumbramos el síndrome de alienación parental o SAP.
8.- Extensión de los malos sentimientos hasta la familia extensa del progenitor denigrado
Esta es la última característica a la que se refirió Gardner en su estudio. De una forma bastante constante, se detectó que la denigración del menor se extendía no sólo a uno de los dos progenitores. El desprecio sin sentimiento de culpa alguno se extendía a los abuelos y los tíos de una de las dos líneas de su familia.
Actualmente se conoce que ese comportamiento viene motivado por la necesidad del progenitor que fomenta el síndrome de alienación parental, de asilar al menor. Sólo controlando al hij@ sin injerencias externas se consigue inocular en la psique del niñ@ la idea que está mejor sin la presencia del progenitor denigrado.
Conclusiones
Una vez expuestas las características del síndrome de la alienación parental, ahora resulta más fácil avanzarse a sus efectos. Conviene decir, empero, que en la clínica médica y en la diagnosis psicológica forense existen ciertas reticencias a acoger el concepto.
En parte se debe a que autores como Warshak expusieron alrededor del año 2002 que su diagnóstico era difícil, pues en determinados casos influían otros factores que los expuestos por Gardner. Warshak defendía que el síndrome de alienación parental o SAP se había erigido en un arma útil en los conflictos matrimoniales. El motivo, la voluntad de conseguir la custodia exclusiva del hij@.
Sea como fuere, conviene concienciarse de este síndrome. Sólo la defensa de su análisis y su consideración allá donde exista nos permitirá avanzar en su plena aceptación.
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